miércoles, 27 de febrero de 2013

Calaveras en Ashenvale, o como aprender a mirar el mapa

Disclaimer: empecé a jugar al WoW en inglés, por eso mezclo términos en español y en inglés. Igual que empecé a jugar a Magic en inglés, y suelo referirme a cosas del Magic en inglés. En cambio leí El Señor de los Anillos por primera vez en español, y por eso uso los nombres españoles.

De los primeros tiempos de los servidores españoles cuentan un chiste (¿o anécdota real?) de alguien preguntando "¿Dónde está Vallfresno?". "In English?". "Where is Vallefresno?". El pasado domingo para decirle a una compañera de guild dónde podía farmear unos cueros no recordaba cómo habían traducido Badlands, Tierras Inhóspitas (aunque yo lo habría traducido como Tierras Yermas). En cambio sí sé muy bien where Vallefresno is.

Después de matar y morir a mansalva en Barrens la siguiente zona era Ashenvale. Con lo torpe que era iba con el nivel un poco por encima de lo que debería por zona, para matar más cómodamente, y morir algo menos. Durante los primeros meses de juego coincidió que estaba trasteando con el Facebook, y algunas anotaciones chorras de entonces me han servido para hacer memoria. Subí a nivel 25 en un mes y algo. Más o menos entonces me adentré en Ashenvale a pie, porque hasta nivel 30 no tenías montura. Me dirigí a Splintertree Post para empezar a hacer quests en la zona. Los elfos esos que pululaban en sigilo me amargaban, pero como en aquellas semanas hice varias mazmorras pude subir a nivel 30 en otros diez días. Así, con mi lobo de guerra recién comprado, decidí cruzar todo Ashenvale hasta la costa, a ver qué misiones había en Zoram Strand.

El camino hacia el oeste era largo, y de vez en cuando le daba a la M para ver en el mapa lo que faltaba. En una de esas vi un río y un puente de piedra que lo cruzaba. A mitad del puente todo se puso rojo y morí. Sólo puede ver a un par de tipos con armadura blanca alejándose al otro lado del puente. Resucité, y volví a acercarme, pero con cautela. Dos pavos montaban guardia en el puente, y detrás de ellos se alzaba una ciudad. Marqué a uno para ver el nivel y en lugar de un número salía una calavera. ¿Qué diablos era eso? Y encima, en una zona de nivel 20 a 30, más o menos. Miré de nuevo el mapa: Astranaar. Ya tendría tiempo de enterarme de qué era ese enclave, y ajustaría cuentas con esos elfos varias veces.

Dando un rodeo llegué a Zoram Strand, pero no llegué a hacer quests. Subí de nivel en mazmorras y cambié de zona, y no volví a esas tierras hasta el Cataclysmo. Pero las lecciones aprendidas en ese bosque me han acompañado desde entonces. La más importante: calavera, caca. La segunda: mira bien donde te metes, y párate antes de mirar el mapa.

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